martes, 5 de agosto de 2014

El "culo negro" del tomate


Sí, ya sé que suena feo... pero parece ser que así se suele llamar a la mancha marrón que está en la base de los tomates. Resulta que ayer, cuando recolecté los tomates que ya estaban maduros, me encontré con 
la desagradable sorpresa de ver que varios de ellos que tenían muy, pero que muy buena pinta... tenían toda la base marrón oscura, como quemada o seca.

Pensé que podría ser algún hongo, o quizá hubieran estado en contacto con el suelo mojado, etc. 


Hoy al buscar en internet he encontrado que el problema puede ser la FALTA DE CALCIO...¡uf, menos mal!... prefiero eso a que se trate de algún hongo.


Parece ser que la causa más probable es la falta de calcio en el suelo, en cuyo caso la solución más fácil es comprar un saco de yeso (sí, sí, he dicho yeso) espolvorearlo alrededor de la planta y cavar con la azada. 




Aquí dejo la información que he encontrado:

Síntomas y daños
Aparecen unas manchas en la parte de abajo del fruto, de 1 a 3 centímetros de diámetro, que hunden la piel del mismo y se conoce como podredumbre apical. Estas manchas crecen, debilitando la pared celular, pérdida de turgencia y terminando con pudrir el fruto entero del 
tomate.

Por qué se origina la peseta

La podredumbre apical aparece en partes del tomate que están en pleno crecimiento y que no disponen de todo el calcio que necesitan las células que están en expansión. Esto ocurre durante los quince días tras la floración y hasta que el fruto ha alcanzado el tamaño de una oliva. Durante este momento es cuando hay que prevenir, aunque aún no se vean los síntomas, ya que estos pueden aparecer más tarde. No todas las variedades de tomate tienen la misma predisposición a la podredumbre apical. Algunas variedades de tomate, son más sensibles a sufrir este tipo de fisiopatías, según mi experiencia el tomate de pera es más sensibles que otras variedades como el raf marmande o el tomate de mutxamel.

Cómo podemos prevenir

• Lo primero es conocer la variedad que se va a plantar, siempre elegiremos aquellas más adaptadas a nuestra zona según la época.
• Es importante también que el tomate tenga un buen desarrollo radicular, ya que son las raíces jóvenes las que van a absorber el calcio. Para ello, se aconseja regar en surcos con unos buenos caballones o regar por goteo, creando un bulbo húmedo grande.
• Los riegos deben ser más abundantes y espaciados para estimular el crecimientos de las raíces en busca del agua, durante las primeras semanas tras la implantación del tomate.
• Es importante airear la tierra para que las raíces crezcan y sean capaces de captar suficiente agua en momentos de máxima demanda, como días de mucho sol.
• También es interesante dotar de algo de sombra a los cultivos, durante los días más cálidos, ya que se acelera el crecimiento y hay una mayor demanda de calcio en los frutos jóvenes, mientras que las hojas más expuestas al sol transpiran mucho y por tanto compiten por el agua con el fruto.
• Cuando la planta ha comenzado a dar los primeros tomates es mejor hacer riegos cortos y frecuentes, unas dos veces al día en verano con riego por goteo.
• Evitar abonos con un exceso de nitrógeno amoniacal o de potasio, ya que impiden la absorción del calcio.

En definitiva, es muy importante procurar un crecimiento equilibrado 
de nuestros tomates. Muchas veces, una parte del problema se origina cuando la tomatera crece muy rápido debido a temperaturas altas o por abonados excesivos.

Fuente: http://www.elhuertodelabu.es/2012/la-peseta-del-tomate-o-podredumbre-apical

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